Panorama de la Agricultura Orgánica en México
A finales de la década de los ochenta, los países desarrollados comenzaron a demandar productos tropicales y de inviernos producidos en forma orgánica, que en sus territorios no se pueden cultivar, estimulando de esta manera la práctica de la agricultura orgánica en México. A través de algunas comercializadoras, ONG y grupos religiosos (Teología de la Liberación) se fomentó en México la apropiación de esta nueva forma de producir, para poder complementar y diversificar una demanda ya creada en el exterior. La agricultura orgánica en México agrupó para 1998 un total de 28,000 productores orgánicos distribuidos en dos grupos: el sector social de pequeños productores (97.5%) y el sector privado de grandes productores (2.5%).
De acuerdo a reportes de la
Asamblea del Consejo Nacional de Producción Orgánica realizada en México, D.F.
a finales del 2007, la agricultura orgánica ha pasado de ser alternativa para
convertirse en necesidad. Con un crecimiento del 30% anual, la superficie de
cultivos orgánicos en México supera 300 mil hectáreas, cuyos cultivos alcanzan
un valor cercano a 700 millones de pesos en el mercado nacional, mientras que
las exportaciones se ubican en 300 millones de dólares.
El desarrollo de sistemas de
producción orgánicos en México responde a una tendencia mundial de cambio de
valores materialistas (prioridad al crecimiento económico, consumo material, y
seguridad legal y militar) hacia valores postmaterialistas (mayor preocupación
por la calidad de vida, el medio ambiente y la sociedad, autorrealización,
libertad de expresión, mayor voz en el gobierno y el trabajo, importancia de
las ideas, etc.). La creciente demanda de productos verdes, entre ellos, los
productos orgánicos, son parte de esta nueva tendencia. México está ubicado en
el contexto internacional como país productor-exportador de alimentos orgánicos
y como primer productor de café orgánico con casi 240,000 hectáreas dedicadas a
este cultivo en 2007.
México es el cuarto país con mayor
superficie agrícola de manejo de orgánicos, con casi 393,461 hectáreas. La mayoría
de esta producción se ubica en las tierras de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y
Veracruz; los cuales representan el 80% de las tierras orgánicas mexicanas para
el 2008.
A pesar de estos datos
alentadores, el consumo de orgánicos es relativamente escaso dentro del mismo
país debido a la exportación constante de estos productos tanto a Estados
Unidos como a países europeos donde la demanda es alta. Dentro de nuestro
territorio estos productos si se comercializan en diversos establecimientos,
pero para gente de un poder adquisitivo alto; están más ligados a un estilo de
vida caro del que la mayoría de la población mexicana no tienen acceso o
solvencia económica.
Lo anterior no significa el
desalentar el acercar la cultura orgánica a la población, ejemplo de ello lo
vemos en la Red Mexicana de Tianguis y Mercados Orgánicos; la cuál empezó a
operar en 2004, conformada por 18 tianguis ubicados en nueve estados del país. Su trabajo ha sido fundamental para la promoción
de la certificación orgánica, el cual podemos ver reflejado en el artículo 24
de la Ley de Productos Orgánicos de febrero de 2006.
Por lo que en materia de regulación legal la agricultura orgánica en México ha tenido grandes avances, motivado principalmente para comercializar con los mercados extranjeros en donde el producto mexicano tiene una buena acogida; sin embargo, como ya hemos mencionado, falta seguir tratando de acercar este mercado a los propios mexicanos de bajos recursos con producciones que abaraten los costos (como el programa del campo a tu ciudad, pero de orgánicos); o en todo caso, fomentar la agricultura urbana para empezar a cultivar nuestros propios vegetales orgánicos.
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